Rocknrolla
Entre los locales de Granada con mucha historia a sus espaldas se encuentra el sótano de la calle Gran Capitán 25, que sucesivamente tomó las denominaciones de 'El club de los 60', 'La Cripta', 'Oxford', 'Sugarpop' y 'Polaroid', hasta ser el 'Rocknrolla' actual, en homenaje a la icónica película de Guy Ritchie.
Reformado con un oxidado aspecto post apocalíptico industrial, el Rocknrolla se ha convertido en poco tiempo, desde su inauguración en 2016, en un espacio hiperactivo en directo: "Hemos recogido la tradición musical de esa sala, desde los años setenta casi, con hitos como Izal o los Lori cuando empezaban; se ha reacondicionado acústicamente y ofrecemos una continua oferta de conciertos de lunes a domingo, como en los viejos tiempos", comenta uno de sus responsables, Luis Raya, que asegura tener "público cada día de la semana, desde notarios a Erasmus, amantes del rock por encima de todo". Y es que esas cuatro letras son el leitmotiv de la sala: "Granada necesitaba un lugar donde sonara rock, que no todo va a ser reggaetón o indie. El rock no pasará jamás", concluye con convicción.
Prácticamente todos los día de la semana hay actividades, agrupadas en singulares programaciones, algunas muy originales: 'Talentos', para grupos emergentes a los que les graban un disco y los mandan a un festival potente; 'Quid pro quo', haciendo un intercambio de grupos con salas de otras ciudades; 'Rock, versus roll', con bandas de pubs echando un pulso a modo de Copa de Europa local, y el ciclo más simpático y resultón de todos: 'Karaoke en vivo', efectivamente con una banda detrás "que tiene ya montadas más de cincuenta piezas y además cuenta con guardarropía para que las versiones sean totales".
Por Juan Jesús García.