The Suicide Of Western Culture
Estilo: Electrónica/Dance
Criados en el cinturón industrial de la Ciudad Condal, el dúo The Suicide Of Western Culture se ha convertido con el paso de los años en uno de los proyectos de electrónica con más enjundia de nuestro panorama. Esa localización de su proyecto, en el extrarradio de una urbe con una importante escena musical, ha modelado totalmente la filosofía y el sonido del dúo: unos principios éticos cercanos a los grupos del RRV, texturas y melodías que beben de la IDM de principios de los 90, estructuras y sonidos que les acercan al post rock de grupos como Godspeed You! Black Emperor, Mogwai o Explosions in the Sky y un universo visual que fusiona sus imágenes de referencia (la muerte, la guerra civil del 36, misterios y espacios abandonados, la religión y el retro futurismo) con un componente artístico y conceptual muy fuerte y efectivo.
Además, su música se crea desde la economía de medios. Otros lo llaman lo-fi y tiran de amplis caros comprados por su padre y pasados por un pedal traído de USA que consiguen hacer sonar como mierda, mientras que Juanjo y Miqui han cimentado su estudio a base de viajes al Cash Converters, trueques y artesanía de baratillo, huyendo del postureo analógico-vintage y rebuscando en los sintes de los 90 más accesibles. Así construyeron sus primeros discos, dos obras que les han colocado entre lo más granado de la electrónica hecha aquí y les han llevado a tocar por medio mundo, con paradas en algunos de los festivales más importantes del momento (Primavera Sound, SXSW, FYF en Los Angeles o Sónar).
“Long Live Death! Down With Intelligence!” es el tercer largo del grupo y, como aperitivo, a mediados de 2017 apareció el 12” “Still Breathing But Already Dead”, un trallazo marca de la casa que se ve acompañado por dos remezclas del sueco The Field (uno de sus referentes) y el dj español afincado en Berlín Hugo Capablanca. El tema también tuvo videoclip, un alucinante trabajo de Pau Teixidor grabado en Chatarras Palace, algo así como la respuesta del extrarradio barcelonés a “El Club de la Lucha”.
El nuevo disco de The Suicide of Western Culture se convierte en la cumbre de su carrera. Todo lo que han ido desarrollando en estos últimos años se ve representado aquí de forma rotunda. “Amor de Madre” abre el disco y contiene las señas de identidad del dúo: drones que se transforman en melodías ensoñadoras, esas baterías casi reales llenas de punch y un sonido entre oscuro y épico. También define el ritmo y el sonido del álbum, aunque en sus once cortes aún hay mucho espacio para las sorpresas. “Drugs Bring Me Closer To You” y “Dysplasia” son posiblemente los dos temas más cercanos a una pista de baile que han firmado hasta la fecha, aunque manteniendo sus constantes vitales. En “Headless Saints” la base rítmica se acerca al sonido industrial y en momentos como “Return To My Parents Hometown in Andalucia” o “Beware Of The Fifth Column” muestran su cara más pop, gracias en parte a la voz de Louise Sansom de Animic en esta última. Las colaboraciones no acaban ahí, también Pau de Za! aporta su trompeta a “La Muerte No Es El Final”.