Raimundo Amador
Mito vivo de la música española en general y de la guitarra en particular, artista versátil, colaborador compulsivo tanto con estrellas emergentes como con consagradas y hombre simpático que ha sabido ganarse el respeto de la inmensa mayoría de sus compañeros de profesión. Raimundo Amador es sin duda un grande... a pesar de su escasa estatura.
Sus logros son numerosos: consiguió fusionar de forma exquisita flamenco y blues ya a mediados de los 70, primero con el trío que formó junto a su hermano Rafael y junto a otro gigante de la música en español, Kiko Veneno. Más tarde, a medias con su hermano, con Pata Negra, dúo que hizo el que seguramente es uno de los mejores discos grabados en el país, el mestizo ‘Blues de la frontera’. Una y otra formación abrieron y siguen abriendo espacio para que pasen otros muchos.
De origen gitano, nació en Sevilla y pasó gran parte de su vida en Las 3000 Viviendas. Su padre le enseñó a tocar la guitarra. Con tan solo 12 años, Raimundo recorría las calles de Sevilla tocando a cambio de un bocadillo o de unas pocas monedas para coger el taxi que lo llevaría de vuelta a casa.
En el tablao de Los Gitanillos conoció a Camarón de la Isla y a Paco de Lucía. Con el primero colaboraría posteriormente en la grabación de 'La leyenda del tiempo', otro disco inmortal que, pese a las reticencias que generó al principio entre los ortodoxos, ha resistido perfectamente el paso de los años.
A mediados de los setenta conoció a Kiko Veneno, pero no sería hasta 1977 cuando, junto con su hermano Rafael, los tres formaron el grupo Veneno, trío que influyó en los nuevos rumbos de la siguiente generación de músicos andaluces y en su corta trayectoria anticiparon tendencias de las que otros pudieron sacar mucho más provecho comercial.
En 1981, se alía de nuevo con su hermano Rafael y juntos empiezan a darle vida a la fusión Flamenco-Blues. El nuevo grupo se llamó Pata Negra, cuya vida no fue muy larga y tampoco acabó de la forma más dulce, pero antes de su separación tuvo tiempo de hacer verdaderas obras de arte. ‘Guitarras callejeras’ es otro de sus discos imprescindibles.
Tras abandonar Pata Negra por desavenencias con su hermano (grabaron su último concierto en disco en 1989), Amador impulsa un nuevo grupo de blues flamenco, junto al antiguo guitarrista del grupo Guadalquivir, Luis Cobos, Manglis. Con este grupo, llamado Arrajatabla, editan un único disco, Sevilla blues (Fonomusic, 1992). Tras la disolución del combo, decide iniciar su carrera en solitario en 1995 lanzando su primer disco 'Gerundina', en el que contó con la colaboración de Andrés Calamaro y B.B. King, entre otros, y su gran éxito ‘Bolleré’, compuesto por Cathy Claret.
En 1997 aparece su segundo disco, 'En la esquina de Las Vegas'. En este trabajo Raimundo se centró en la guitarra eléctrica. Este mismo año Amador colabora con la cantante islandesa Björk tocando la guitarra española en su tema ‘So Broken’.
En octubre de 1998 graba en directo ‘Noches de flamenco y blues’, contando con colaboradores tan heterodoxos como el Gran Wyoming, Remedios Amaya, Kiko Veneno, Charo Manzano, B.B. King y Juan Perro, alias que adoptó Santiago Auserón tras la disolución de Radio Futura. Con B.B. King trabó una amistad que se tradujo posteriormente, en 2004, en una gira por España.
Siempre activo, celebró en 2019 su 60 cumpleaños y más de 45 dedicado a la música con la edición de un nuevo disco, 'Directo en casa', grabado junto a su hijo Raimundo Amador Jr. (batería de su grupo en directo) y con la colaboración de artistas y amigos como El Langui, Buika, Soderita, SFDK, Andres Lutz...
'Directo en casa' fue entregado a plazos, ya que se avanzaron las revisiones de piezas como 'Blues de Falillo', 'Blues de los niños' y 'Plata o cromo' (con amigos y artistas como El Langui, Concha Buika, Sorderita, SFDK, Andreas Lutz y hasta su nieta participan) en un trabajo en el que vuelve a sacar a Gerundina, su guitarra, su herramienta de trabajo, con la que, asegura, “he criado a mis hijos”.
También en 2019 hizo una gira con un nombre muy significativo y que refleja su gusto por la fusión de músicas y culturas: ‘Gipsi, Flamenco, Blues’. Y como siempre le ha encantado trabajar con otros artistas que le pudieran aportar (y él a ellos, naturalmente), lo hizo con otro guitarrista extraordinario y versátil, Ariel Rot. Por supuesto, tampoco ha perdido su pasión por el escenario, así que continúa haciendo giras, demostrando su poderío y ejerciendo su magisterio a las nuevas generaciones.