Merche Corisco
No es muy habitual que a una cantautora española se le atribuyan influencias como las que asocian fuera de España a Merche Corisco. Bjork, Sheryl Crow o Alanis Morrissette son nombres que se suelen mencionar cuando hablan de ella en Escandinavia, por ejemplo. Pero es que el caso de esta madrileña de 35 años tampoco es habitual. Ella misma define su propuesta con la etiqueta de ‘optimusic’. En activo desde mediados los noventa, cuando aún era menor, debutó en 1996 con un álbum homónimo y ya por entonces no ocultaba su devoción por artistas alejadas del estereotipo de las cantautoras, como Janis Joplin o Aretha Franklin, a las que suele acudir para completar su repertorio en directo.
Siempre aferrada a su guitarra, su gusto por los estilos más diversos, el rock y el pop pero también el soul, el funk el blues o el jazz, la acercaban más a contemporáneas norteamericanas que a otras cantautoras de su generación. Nombres como los de Natalie Merchant o Sarah McLachlan salían a la luz cuando la crítica trataba de describir el sonido de “Dulce Kaos”, un álbum de brillantes arreglos cuyas canciones no desmerecían interpretadas por Merche con el único acompañamiento de su guitarra.
Tras ese trabajo, del año 2000, seguiría el aclamado “Oasis”, de 2009, para el que contó con la colaboración de artistas como Javier Ruibal, Quique González o Nacho Campillo de los desaparecidos Tam Tam Go! dando siempre más importancia a la autenticidad que a la comercialidad y no sucumbiendo a los dictados de las radio-fórmulas,