Aún no tienen cumplidos los 17 años y ya son unos auténticos veteranos del mundo del espectáculo. Son los hermanos Jesús y Daniel Oviedo, conocidos desde que triunfaran en 2014 en la primera edición del programa de televisión La Voz Kids como Gemeliers, el nombre que adoptaron en las redes sociales los muchos seguidores que tras su aparición comenzaron a acumular. Ese mismo año debutaban con el disco Lo Mejor Está por Venir, que inmediatamente se situó entre los discos más vendidos y les acabó proporcionando el doble disco de platino por unas ventas más propias de otra época.

Con ellos quedaba patente el poder de arrastre de la televisión, y en concreto de este tipo de productos, por más detractores que tengan, y a pesar del flaco favor que hacen a la verdadera escena musical unas televisiones en las que han sido definitivamente desterrados los programas musicales de calidad e interés, en favor de estos en los que el factor emocional se impone y el modelo artístico carece necesariamente de filo por la uniformidad estilística y el mimetismo que inculcan a los jóvenes aspirantes a estrellas, olvidando cualquier otro enfoque o acercamiento al mundo de la música profesional.

El segundo álbum del dúo, Mil y Una Noches, parece que va camino de reeditar el éxito del primero. Y es que a pesar de su corta edad, los hermanos Oviedo atesoran una experiencia que ya querrían para sí muchos otros artistas que les doblan o triplican la edad, pues desde los ¡cuatro años! están inmersos en el mundo del espectáculo cuando su desparpajo y naturalidad les hizo célebres en el programa de Canal Sur presentado por Juan y Medio Menuda Noche, un espacio en el que el protagonismo lo acaparan los más pequeños que muestran ufanos sus habilidades artísticas con el consentimiento de unos padres obnubilados por la gracia y la popularidad de sus retoños [y sobre el que el defensor del menor ni ningún otro organismo ha considerado nunca la conveniencia de intervenir].